sábado, 4 de junio de 2011

De poder imaginar


Existe gente que ve historias allá por donde va. Alza la mirada hasta el espejo retrovisor, mientras espera en un semáforo, y ve una escena completa dentro del coche de atrás. Están discutiendo, ¿conduce ella?, la madre de él le ha elegido los calcetines para la boda, son color pistacho, ¡¡ella es alérgica a los frutos secos!! Verde.

Pizzas precocinadas, pan de sándwich, cerveza, mayonesa, palitos de pescado, jamón plastificado, calamares a la romana congelados, cruasanes con chocolate, leche entera, cerveza, tortilla de patata al vacío, papel higiénico, pan de hamburguesa con la carne hecha ya dentro, cerveza… bip, bip. Le va a dar el escorbuto, ¿qué tal un kilo de naranjas? Fuerte, con el pelo aún húmedo y las manos anchas, trabajadas. Tiene algunos arañazos profundos en los brazos y no ha logrado deshacerse de la grasa que ennegrece sus uñas cortas, sin embargo el sempiterno sello de oro está impoluto. Vive solo, aunque no gana poco, pero es tímido para el tipo de compañía a la que, normalmente, puede acceder en su círculo. Necesita a alguien a quien invitar a una mariscada, pero es vegetariana y lee libros de personas con nombres sin género. Son sesenta y tres con catorce.

¿Cómo puede haber más de ochocientas puertas de embarque en un aeropuerto con dos terminales? Menos mal que inventaron las cintas mecánicas, qué calor… «¿Hola?» Ejecutivo cuarentón, bajito y mal conservado, busca compañera de viaje y «lo que surja». Ha avistado a una veinteañera, medio hippie, y pasa al ataque. «¿Vuelves a casa? ¿Estudias o trabajas?» ¡No! ¿En serio? ¿Qué es esto, una película de Manolo Escobar? Ella, amablemente, responde. El tipo se siente observado, por qué será. Estás haciendo el ridículo, so baboso, y lo peor es que la mema esa te sigue la bola… Pobrecita, son casi tres horas de viaje. Desde la pasarela acristalada de aquellos que sólo llevaban equipaje de mano se ve la zona de recogida para quienes facturaron y allí está otra vez, ahora su sonrisilla es completamente rijosa, mientras la mira con ojos de buitre y ella, ensimismada, no para de charlar. De nuevo, él se siente observado; de nuevo, por qué será. Gira levemente la cara hacia la cristalera y ve a un pequeño grupo de personas, que niegan con la cabeza, mirándolo sin reparos. No imaginamos tu historia, nos conocemos tu cuento.

Wicklow
Una puerta enorme, pesada, con desconchones que dejan entrever la vieja madera mal tratada con el paso de los años. Pero no por el tiempo, sino por la ignorancia. Pintada y repintada, en lugar de lijada y barnizada. La mirilla de disco está condenada, los sesenta tapizaron esta puerta por dentro con tela de cortinas y remaches dorados. Una década después instalaron el ascensor, ¿cómo podían subir y bajar las señoras de postín estos cuatro pisos que te roban el aliento de siete? Está claro que el servicio, acostumbrado a recoger aceitunas desde niños en el campo, no tendría problema alguno en acarrear escalones arriba todos los caprichos y demás detalles pertinentes para los señores. Su segundo cambio de siglo jubiló totalmente la cadena y le incorporó sendos cerrojos de barra. En breve, el párvulo telefonillo de apenas cuarenta años dejará de hacerle compañía y aparecerá en escena otro más nuevo, más pequeño, más moderno, pero no mejor. Y ella se seguirá abriendo, encerrando los hilos de muchas vidas.

Na Cúirteanna Breithiúnais Coiriúla
Por eso, a veces, este tipo de personas se queda con la mirada perdida. Por eso, también, se abstrae y disfruta tanto en una playa perdida en la que no se puede bañar, sin riesgo de pasar a formar parte de la sección de congelados del supermercado. Por eso, además, le importa cómo huele dentro de alguna iglesia, qué tacto tienen las piedras de ese puente por fuera o cómo suenan las palabras inscritas en letreros que no entiende.

Y a ti, ¿qué te cuentan?

18 comentarios:

  1. Hola, un gusto. La imaginación es inagotable al interior de lo humano, como inagotables los relatos que, afuera están, para los contadores de historias. Observar, sin duda, es primordial. Te contaré que hace muchos años (cuando estaba precisamente obsesionada con eso, jaa) andaba con una libretita anotando de un cuanto hay...
    te dejo mi saludo desde el confín austral!

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  2. Es un gusto, ciertamente. Llegué desde el comentario en otro blog amigo. Nada más leerlos y decidir hacerme seguidora. Precioso blog, tiene de todos. En adelante aquí andaré.
    Invito a conocer mis sitios, será un placer.Su opinión invalorable.
    Un abrazo desde Buenos Aires

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  3. conozco pocas personas de esas que cuentan cosas interesantes...esas que tu describes en tu post...
    cnozco mas bien gente que me cuenta cosas que no me interesan...
    eso hace que cuando aparece alguien distinto...todo sea genial..¡¡¡


    un abrazo

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  4. Me ha encantado este post que me ha hecho pensar que en mi familia somos mucho de imaginarnos historias completas detrás de las personas que observamos en una playa, por ejemplo. Tengo un tío que es un especialista y que siempre nos deja boquiabiertos...

    Besos,

    Arancha

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  5. Bienvenida, Eva:

    Sí, lo de la libretita tiene su encanto, sobre todo ahora que hay tanto cacharro electrónico.

    Un abrazo desde aquí hasta allí.

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  6. Hola, Susana:

    Como se titulaba aquel disco, el gusto es nuestro. Esperamos verte por aquí y nos pasaremos lo antes posible por tu puerta.

    Un abrazo.

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  7. Firenze... A menudo, lo que nos llama la atención a unos, a otros muchos les aburre soberanamente.

    Todo lo que hay en el post está, como dicen en las películas de las tres y media, "based on actual events". Pero con cierta visión personal.

    Ahí va otra realidad, en relación a tu comentario sobre lo poco interesante.

    Suena el móvil.

    -Perdóname un segundo... ¿Sí? Hola, ¿qué tal?

    Cinco minutos después y un "¿Qué pasa?" gesticulado.

    -Oye, sí, sí, dame un momento -sin retirar el móvil de la cara-. Es X, me estaba contando la envidia que le da que su amiga Fulanita tenga un amante bajito, gordo y calvo. Espera un poco, no tarda nada en terminar de explicarme por qué le compra a su hijo los pantalones del uniforme del colegio de pago en los chinos. ¿Oye? -de nuevo, al teléfono-. ¿Y ahora por qué lloras?

    Un abrazo fuerte, Firenze!

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  8. Bienvenida y bien hallada, Alice se perdió!

    Si tu tío cuenta esas historias la mitad de bien que lo haces tú, entonces, hay que darte la razón... es un especialista.

    Un abrazo, Arancha, y mucho áninmo con todo :)

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  9. Después de un año compartiendo mi tiempo con gente que tiene el interés de un cerrojo (perdón a los cerrojos)leer este post me ha hecho pensar en las veces que "me desconecto" en su presencia, momentos en los que pierdo el hilo de la conversación porque tengo una interior, en la que imagino, precisamente, lo que tú cuentas, historias que invento sobre casi cualquier cosa que se cruza con mi mirada.

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  10. Los peces no hicieron mucho caso, porque, al contrario de lo que se pudiera pensar, eran peces que no leían nada. Nadaban pasando de largo, como si el libro no hubiera sido arrojado al fondo para que ellos leyeran.

    Sin embargo, casi mágicamente, cuando el libro, haciendo honor a su título, parecía condenado a ser definitivamente olvidado, un pez se detuvo ante sus páginas abiertas y empapadas.

    Si hubieramos visto la escena en seco habríamos dicho que de sus ojos salieron lágrimas. Con tanta agua de por medio esto no es más que una conjetura.

    En cualquier caso podemos decir que al terminar su lectura el pez deseó dejar de ser pez.

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  11. Jajaja, Mayte, ¿el interés de un cerrojo?

    Si te das cuenta, cada una de las historias del post representan momentos de espera. ¿Aburridos? No necesariamente. Quizás, sea únicamente en esos momentos cuando podemos pararnos a imaginar, porque la vida nos pasa demasiado deprisa.

    Un abrazo y sigue imaginando :)

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  12. Gracias por tu relato, J. Bandini.

    Hay una conocida frase que dice "El que come del fruto del árbol del conocimiento, siempre es arrojado de algún paraíso".

    Un abrazo!

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  13. hola;
    he llegado hasta aquí por casualidad, y lo que más me llamó la atención en un primer vistazo rápido es la enorme calidad de las portadas del slide. Yo, también interesada en el mundo editorial, me suscribo a vuestro blog.

    un muy cordial saludo,

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  14. Bienvenida, maslama.

    Gracias :) Le ponemos mucho mimo a cada uno de nuestros proyectos e intentamos que la cubierta refleje lo que vamos a encontrarnos al abrir el libro. Al fin y al cabo, ésta es lo primero que vemos.

    Por eso, cuando es necesario, trabajamos con ilustradores y fotógrafos. Te invitamos a que viiste unas webs donde puedes encontrar más trabajos suyos.

    http://elhilodearianne.blogspot.com/
    http://muerdememundo.com/
    http://www.ivanlapausa.com/

    Un abrazo!

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  15. Jo a mi me pasa eso voy imaginando historias, me encanta, lo malo es que a veces cuando llegas a conocer el personaje se me cae y hace añicos el que yo había creado
    Ya estoy En Sevilla y eso tuyo de ¡Ños! lo conozco muy bien jejeje

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  16. ¡Oh, qué pasó, 40añera!

    Jajaja... lo de ¡Ños! es préstamo de sala, como en las bibliotecas. Vas, lo utilizas y, cuando te marchas, tienes que dejarlo allí.

    Sigue imaginando historias, porque la realidad, como bien dices, suele hacer añicos demasiadas cosas.

    Un abrazo!

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  17. Uffff me he sentido muy identificada con este post!
    Yo soy de esasssss.
    Me chifla imaginar historias observando a la gente. Me encanta observar e intentar descifrar los misterios de cada uno ;)
    Es entretenido y una estupenda manera de pasar los momentos de espera en soledad :P

    Besos!

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  18. Me alegro, Aliena. Aunque más que descifrar misterios, lo divertido es crearte tú una historia al margen. A veces, hasta disparatada.

    Os tengo que subir una foto de la puerta...

    Un abrazo!

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Y... a todo esto, ¿tú qué dices?

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